El asesinato del pequeño Christopher conmueve a México

christopherEn México, cuando toda posibilidad de horror parecía haber sido rebasada por las bandas del crimen organizado, surge el asesinato del pequeño Christopher Raymundo Márquez Alvarado, de 6 años de edad.

Un asesinato horroroso. Primero, sus asesinos, cinco menores de edad (dos jovencitas de 13 años, una de 11 y dos varones de 15), habían confesado que lo asesinaron mientras “jugaban al secuestro”.

Pero esto no fue así: la tía de Christopher, Rita Isela Alvarado, quien reconoció el cadáver del pequeño, dijo que no fue un juego: “le quitaron los ojos, le partieron el labio, le rebanaron el cachete (la mejilla) y le dieron hasta 27 puñaladas en la espalda” una vez que lo habían matado “como a un perro”, aseguró.

Justicia, es el clamor de todos

La madre de Christopher no tuvo arrestos para ver el cuerpo del menor, quien fue enterrado en un arroyo cercano a su casa, en la colonia Laderas de San Guillermo, un arrabal de la capital de Chihuahua (al norte de México). Los asesinos trataron de disimular el cuerpo del niño con piedras, maleza y un perro callejero al que ellos mismos dieron muerte.

Tras matarlo y “enterrarlo”, volvieron a sus casas, pero uno de los jovencitos que lo asesinaron (tras torturarlo a la manera que se torturan los narcotraficantes pertenecientes a diversas bandas criminales que en Chihuahua han proliferado desde hace años), no pudo soportar el peso y le confesó a su madre lo que habían hecho con Christopher.

“Que se haga justicia y que esto no quede impune porque ellos eran cinco de entre 11 y 15 años, mi niño de 6 años qué les podía hacer, lo ataron, lo acuchillaron, lo apalearon, es algo que no puedo concebir y pido justicia, que no los dejen libres”, exigió Claudia Alvarado, abuela de Christopher.

A los familiares, se unieron amigos con pancartas en las que sentenciaron los hechos: “¡No mataron a un perro! Era un niño de tan solo 6 años”. Mientras que otros exigían a las autoridades que no dejen libres a los responsables. “No fue un juego, queremos justicia”, exigían los manifestantes.

La Iglesia ofrece consuelo

En los funerales de Christopher, celebrados en el templo del poblado minero de Santa Eulalia, el sacerdote Armando Sánchez -quien también ha sido víctima de amenazas por parte de los violentos que habitan la zona- ofreció un mensaje de consuelo a los familiares y amigos que acompañaron el cortejo del pequeño.

Cabe señalar que -como sucede casi siempre en estos casos- dos de los cinco implicados en el asesinato son primos de Christopher, y los otros tres eran “amigos” del arrabal donde vivía el menor. Incluso, en el colmo del cinismo, después de que el jueves 14 de mayo, cuando el niño fue reportado como desaparecido, ellos se ofrecieron a ayudar a la mamá en la búsqueda.

Chihuahua es uno de los estados que mayor tasa de homicidios de niños presenta en México: 38 menores por cada 100 mil habitantes. En la última década han muerto por homicidio en México 10.876 menores. Christopher -apodado “El Negrito” y quien según su maestra de kínder, Denise Flores, era “brillante y elocuente”- es desde el jueves pasado, uno más.

Publicado en Aleteia