Lo que dice el Papa da la vuelta al mundo en segundos. Para bien y para mal, los medios digitales nos han convertido en sus acompañantes cotidianos. Nos enteramos de bote pronto de su pensamiento, pero la mayor parte de las veces, cuando Francisco da una declaración “disonante”, nos la presentan tamizada por lo “políticamente correcto”. Ahí está el tema de los hijos “como conejos”.
‘Algunos creen –disculpen la expresión– que para ser un buen católico tenemos que ser como conejos. No. Paternidad responsable. Esto está claro, y por ello hay grupos matrimoniales en la iglesia, hay expertos en esto, están los pastores, y se busca. Yo conozco muchas maneras lícitas para conseguirlo… Por otra parte hay algo curioso que no tiene nada que ver con esto pero que está relacionado. Para las personas más pobres un hijo es un tesoro. Es cierto que hay que ser cautos. Pero para ellos un hijo es un tesoro. Dios sabe cómo ayudarles. Quizás algunos no son muy prudentes, es cierto. La paternidad debe ser responsable. Pero también hay que tener en cuenta la generosidad del padre y de la madre que ven en cada hijo un tesoro”.
Así como cuando habló de regreso de Río de Janeiro en 2013 y propuso aquello de que si un homosexual busca honestamente a Dios nadie tiene por qué juzgarlo, así ahora de regreso de Manila subrayó, en cuestión de los hijos, la responsabilidad. Un tesoro no se tiene en serie. Se espera, se sueña, se acaricia. Cuando el Papa dijo “tres” se refirió al número necesario para continuar la especie humana. Nada más. Se pueden tener 20. Pero a condición de que los padres los vean a los 20 como lo que son: un tesoro.
Publicado en El Observador de la Actualidad