¡Señoras y señores: alegría, por favor!

papa-francisco-alegreEl primer documento oficial del Papa Francisco “Evangelii Gaudium” recoge, sintetiza y relanza –con una gran influencia de Aparecida—las aportaciones del Sínodo de 2012: “La nueva evangelización para la transmisión de la fe”.

Comienza con una frase que retrata al Papa: “La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús”. La alegría de ser portador de la buena nueva para los demás, no puede dejarnos indiferentes, cumpliendo tan sólo con la Misa de obligación los domingos y fiestas de guardar. ¡No! Hay que agarrarse de Jesús y salir a los caminos, no con esa cara de perdonavidas que algunos ponemos cuando se trata de asumir la obligación de todo discípulo (ser misionero), sino con el semblante fresco de quien se sabe redimido por la Cruz.

El Papa, junto con los padres sinodales, nos invita a fundar –todos, tú y yo, sacerdotes y laicos, consagrados y consagradas—“una nueva etapa evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos años”. Cuando el Papa Emérito, Benedicto XVI, dijo que le faltaba vigor y renunciaba a conducir la Iglesia, se refería a este empeño, que el Espíritu Santo ha puesto en Francisco.

El documento no es cualquier cosa. Es un trompetazo al oído de todos los bautizados para que, “con fervor y dinamismo nuevos”, llevemos a los otros el amor de Jesús en un “estado permanente de misión”, venciendo “el gran riesgo del mundo actual”: el de caer en “una tristeza individualista”. La pesadumbre del que esconde sus talentos, se sienta a rezar y echa la culpa al mundo de los males que sufre.

Publicado en El Observador de la Actualidad