Los pocos periódicos que subsisten sin pérdidas en los países de Occidente tienen una luz al final del túnel. Un estudio reciente, realizado por la empresa consultora del Canadá, Communications Management, ha concluido que en su migración hacia las ediciones digitales tienen ventaja: su nombre cuenta.
El estudio se llevó a cabo en Inglaterra, Estados Unidos y Canadá, pero es de suponerse que sus conclusiones pueden ser extendidas a las cabeceras de otros países como el nuestro. Parte de un hecho incuestionable: los últimos veinte años han significado que las grandes cabeceras, desde The Guardian hasta The Washington Post, han sufrido significativas caídas en sus ventas en papel.
Una nación como Inglaterra, tan pegada al periódico diario, a la lectura en casa y en el café, en el pub y en el club tanto como a la discusión a través de las páginas impresas de los grandes y los pequeños asuntos de la vida nacional y mundial, de 2000 a 2012 ha visto reducir en cincuenta por ciento la presencia de diarios en las casas. Cabe resaltar que en el Reino Unido —durante el siglo XX— el tener una suscripción en casa era una suerte de orgullo familiar. La gente le era fiel a su diario y la lectura del mismo era actividad cotidiana.
Ni qué decir tiene que algo similar ha pasado en Estados Unidos y en Canadá. “Según el estudio, muchos editores han tardado en responder a esta tendencia, aunque en los últimos años han surgido multitud de respuestas, como los muros de pago, las estrategias que ponen lo digital por delante del papel o aquellas enfocadas a convertirse en marcas globales en el mundo online extendiéndose a otros países”, ha resumido la agencia Europa Press, quien dio a conocer el trabajo de Communications Management.
Según esto, el diario o la revista deben dejar de ser intermediario a otro modelo de negocio “en el que los editores sean actores más activos que usan partes rentables de ese producto para sufragar otras partes no rentables”.
Replantearse la oferta y asumir la idea de que todo —hasta los clasificados— en el continente digital se presenta de otra manera. Un reestructuración integral del modelo de negocio para poder tener presencia en el futuro. Pero lo invertido en el papel será la garantía del éxito. El prestigio no se acaba en la migración. Al contrario: podría incluso acrecentarse.
Publicado en Revista Siempre!