El INEGI ha dado a conocer los datos oficiales del Censo General de Población y Vivienda 2010. No obstante todos los ataques infundados y odiosos a la Iglesia, no obstante la mala leche de algunos medios de comunicación, de algunos conductores y conductoras, no obstante los retruécanos que introdujeron en las preguntas sobre la religión en el Censo, los católicos seguimos a la cabeza… y creciendo.
De los 112. 5 millones de mexicanos, 93 millones somos católicos. ¿Quiénes nos siguen? Los protestantes y evangélicos, con 8.5 y los «sin religión», con 5.3 millones.
La diferencia es demasiada como para que la Iglesia católica exigiera reconocimiento en su labor por parte del gobierno. Pero ni lo exige ni lo necesita. La Iglesia en México ha sido sembrada por Santa María de Guadalupe y sigue produciendo frutos en abundancia. ¿Qué los datos no dicen nada? ¡Claro que sí dicen! Por ejemplo, que intentar volver invisible a la Iglesia católica en la discusión de los asuntos públicos es ir en contra de 82.67 por ciento de los mexicanos que en ella creen, afirman y esperan. Por ejemplo, que el intento de hacer «laica» a la República es un capricho de unos cuantos descreídos, puesto que 9 de cada 10 mexicanos nunca lo han pedido, y están satisfechos del papel que ocupa la religión católica y la Iglesia en su vida, no solamente el domingo.
Recibí un correo hace unos días sobre la contribución de la Iglesia a la economía de España. Ahí, la Iglesia posee 5 mil 141 centros de enseñanza, con 990 mil 774 alumnos (que le ahorran al Estado español 3 millones de euros por centro al año). La propia Iglesia opera 107 hospitales (ahorrando al erario público 50 millones de euros por hospital al año). Y Cáritas, y Manos Unidas, y las fundaciones, y los orfelinatos, y los asilos… Un ahorro monumental: un trabajo maravilloso.
Allá, dicen, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) en el poder se niega siquiera a considerar estas cifras. Aquí, igual. Gracias a Dios trabajamos por Él y no por un partido político.