Está en marcha un proyecto ingenioso: la edición de un libro virtual cuyas páginas se habrán de componer de un millón de fotografías que son las de los usuarios de la primera generación de la red social llamada Facebook.
El libro virtual es una propuesta del joven inglés Alex Tew (26 años), quien ya había creado otra experiencia similar (The Million Dollar Homepage) en agosto de 2005 cuando tenía 21 años. En aquél entonces, aterrado frente a una beca que había obtenido para estudiar tres años Administración de Empresas en la Universidad de Nottingham, ideó la venta de un millón de pixeles (a dólar por pixel). Los compradores podían añadir su imagen, su logotipo comercial y dejar un hipervínculo a su sitio web, su blog, su página de servicios, productos, etcétera. Algo así como un directorio telefónico gigante, pero en la web y con imágenes.
El experimento fue un éxito para Tew y para su beca. Llegó a tener hasta 25 mil visitas diarias. Y el millón de dólares lo ganó con tranquilidad. Son las cosas de la nueva autopista de la información. Y los logros de los que entienden las pulsiones de los cibernautas. En esa misma lógica está montada la nueva campaña de Alex Tew. Ahora, ha sustituido los dólares por rostros de gente, y ha lanzado la campaña One Million People (Un Millón de Personas) que muy probablemente se llene en cuestión de minutos, quizá de horas o de días.
La propuesta de este ingenioso administrador de empresas inglés (ya tiene su título) es juntar un millón largo de rostros que quedarán grabados en el libro virtual como “la primera generación Facebook”; es decir, van a formar parte de la historia de las redes sociales al dejar su imagen en el libro virtual. Por descontado que hay más usuarios de las redes sociales en este momento en el mundo. Pero ellos serán los privilegiados… La revolución de las redes sociales está en su apogeo. Y a nadie se le había ocurrido que detrás de ella hay personas; que esas personas quieren expresarse, mostrarse y pasar a forjar una leyenda. Aunque sea una leyenda virtual.
Por supuesto que hay negocio de por medio. Cada uno que quiera dejar su rostro plasmado en el libro virtual de Alex Tew tendrá que apoquinar tres dólares. Sin embargo, la propuesta es demasiado tentadora como para no gastarlos. Un millón de personas pagando tres dólares cada una darán por resultado la bonita suma de tres millones de dólares.
Ojalá Alex Tew pudiera compartir esta ganancia con alguna organización de ayuda. Pero lo que sí está haciendo es abriéndole los ojos a esas mismas organizaciones para que, de aquí en adelante, se olviden de las formas clásicas de pedir dinero y empiecen a “sablear” (en el buen sentido de la palabra) vía redes sociales. Son baratísimas y eficientes.