El INEGI acaba de difundir un trabajo importantísimo con un nombre horroroso: Módulo de Movilidad Social Intergeneracional (MMSI). Entre los apartados, hay uno que merece nuestra atención: el de Percepción de Movilidad Social por Auto Reconocimiento de Color de Piel.
El MMSI aplicó una escala cromática propia del Proyecto sobre Etnicidad y Raza en América Latina, que califica la piel en once tonalidades, con el propósito de que el entrevistado(a) identifique su color específico. Y luego lo cruzó con los datos arrojados por el entrevistado(a) sobre su nivel de escolaridad. ¿Adivine usted cómo quedó este cruce? Continuar leyendo
El terrorismo ha desatado una fiebre mundial de horror al extraño, al diferente, lleve o no lleve burka, traiga o no traiga túnica. Es el extraño por sí mismo. Lejos de la esfera política —que es la verdadera llama del terrorismo, no la religiosa, como muchos quieren hacernos pensar— los terroristas de todo tipo lo que en verdad derrumban (aunque no sea directamente su objetivo) es la convivencia humana.
En los últimos días, prácticamente todos los medios se han hecho cadena para difundir la denuncia por encubrimiento hecha al cardenal Norberto Rivera. Sin entrar en la polémica, quiero mostrar que, tras las reiteradas invectivas del Papa Francisco sobre el combate a todos los niveles contra el abuso sexual de menores por sacerdotes, la Iglesia Católica de México ha comenzado a virar su lenguaje y su comprensión de esa acción que nadie duda en calificar como criminal.
En el lenguaje llano “ponerse en los zapatos del otro” significa lo que los psicólogos de la comunicación llaman “empatía”. Algo así como empatar con el vecino, con el prójimo, con el otro ser humano. Compartir la misma emoción y la misma concepción del dolor.
Aunque en su primera experiencia europea, el pasado 11 de junio, la corredora rarámuri Lorena Ramírez Hernández tuviera que abandonar en el kilómetro 55 la carrera de montaña más alta de España (la Bluetrail de Tenerife con un tramo total de 97 kilómetros) al quejarse de un fuerte dolor en la rodilla, nada quita que a sus 22 años de edad, se haya convertido ya en un ícono de la belleza y la fortaleza de las mujeres indígenas mexicanas.
En los últimos días, todos los medios se han hecho cadena para difundir una denuncia por presunto encubrimiento hecha al cardenal Rivera Carrera. Sin erigirme como juez ni entrar en la polémica, sí quiero mostrar que, tras los reiterados esfuerzos del Papa Francisco, siguiendo la línea de sus antecesores san Juan Pablo II y Benedicto XVI, para combatir en todos los niveles de la Iglesia el abuso sexual de menores, la Iglesia católica de México tiene un compromiso firme en contra de esta acción criminal.
Antaño, el activista social tomaba una pala y un pico y se ponía a excavar un drenaje para aliviar un poco la injusticia social reinante en su entorno. Hogaño, el activista social toma su teléfono celular, y con él en ristre, “denuncia” la injusticia.
Debemos muchas decepciones a lo que David Rieff (y mi mujer, con otras palabras) llama filantro-capitalismo. En su libro El oprobio del hambre, Rieff muestra que “jugar a ser dioses”, “pararse el cuellito”, pretender ser “buena onda con los pobres” no disminuye el hambre en el mundo (ni en México, ni en mi barrio). Lo que aumenta es la brutal desigualdad, fruto de todas las amenazas que se ciernen sobre el presente y el futuro del hombre.
Poco menos que sorprendente, cuando menos para el sentido común de la generación mía (de los sesenta del siglo pasado para acá) ha sido la resolución del Parlamento Europeo de solicitar a la Comisión Europea el considerar la posibilidad de otorgar un reconocimiento de robots “como personas legales”.