Horas decisivas para la Iglesia. No porque se la juegue todo a una carta humana, sino porque debe responderle a Cristo en la elección de su nuevo Vicario. Quizá al momento que lea estas líneas, el nombre será conocido. Hemos puesto demasiada atención en la persona, y muy poca en la función. Sea quien sea el nuevo Papa, tendrá que cumplir la tarea que le asignaron los padres conciliares en la Lumen Gentium: la de ser «principio y fundamento perpetuo y visible de unidad, tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles». Continuar leyendo