¡Viva Cristo Rey! fue el santo y seña de los cristeros. Incluso al momento de ofrecer su pecho a los fusiles del “supremo gobierno”. En el paredón era donde probaban su fe. Hoy el paredón es otro.
El reinado de Cristo ya no se testimonia a balazos, sino en la vida cotidiana. Ir en contra de la corriente es el martirio moderno, diría el Papa San Juan Pablo II. Y Santa Teresita recordaba, una y otra vez, que los nuevos santos, los de nuestra época, estarían insertos en el mundo. Continuar leyendo