En una de sus intervenciones destinadas a convertirse en famosas, el Papa Francisco acaba de decir algo fenomenal (de tan sencillo). Hablando sobre las tentaciones del desierto a Jesús, y las modernas tentaciones, lanzó este buscapiés: ¿qué pasaría si lleváramos la Biblia pegada a nosotros, como llevamos el teléfono celular?
Me acuerdo de un viejo cuento (¡de hace veinte años!) en el que un adolescente decía que quería ser la televisión de su casa para que todos le hicieran tanto caso como le hacían a ella; cuando se descomponía había una movilización total; cuando llegaban sus papás la iban a ver… Continuar leyendo
Tomando como referencia textos del Papa Francisco entre 2013 y 2014, el recopilador de este libro, Giuliano Vigini, nos recuerda que en la metodología del Santo Padre es, justamente, la metodología “del camino”.
Las vallas, los muros, son señales inequívocas de miedo. De miedo al otro. La historia nos enseña que todas las barreras caen. Tarde o temprano, como el Muro de Berlín, la gente las echa abajo. Es imposible odiar por decreto al vecino todo el tiempo. El mazo que tumba la pared no viene de afuera. Viene de adentro.
Este número de El Observador el Tema de la Semana está dedicado a explorar los actos concretos con los cuales podemos extender –hasta el fin de nuestra vida—el testimonio más eficaz de nuestra fe: la misericordia.
Qué bien que el Papa Francisco nos regaló, al iniciar un mes de noviembre tan angustioso (sobre todo por las elecciones en el vecino), seis “nuevas bienaventuranzas” con que guiar nuestra vida de fe.
Viaje del Papa a Suecia. Como lo hizo en 1989 San Juan Pablo II. Entonces estaba muy bien. Ahora está pésimo. ¿Cómo se atreve Francisco a ir a rendirle pleitesía a Lutero a los 500 años de la Reforma?
Este número de El Observador el Tema de la Semana está dedicado a un asunto del que muy poco se habla en la prensa secular y menos en la prensa católica: la brutal invasión de plástico que trastorna nuestra vida y pone en terrible riesgo la salud de la humanidad.
El Papa acaba de decir una gran verdad en su homilía del pasado martes 13 en Santa Marta: que la familia –sobre todo durante la comida—vea menos tele (o no vea), esconda el celular y converse más.
Los paisajes son diferentes: el dolor es el mismo. Calcuta no es solamente una ciudad de la India: se ha metido en nuestro corazón, gracias a la Madre Teresa y sus Misioneras de la Caridad.