El parte diario de la violencia por el narcotráfico está adquiriendo visos de parte de guerra. Y como tal, el público se va acostumbrando a leer el número de bajas, de heridos, de “daños colaterales”. El síndrome de la inseguridad está apoderándose, rápidamente, de las familias mexicanas que nada tienen que ver con el narco. Aumentan celulares, blindados, plumas en los fraccionamientos, personal de seguridad… Gastos que, la mayoría, no pueden hacer. La seguridad es pagable por unos cuantos.
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Periodistas
La Iglesia apoya en la lucha contra el crimen
Una entrevista con Jorge Traslosheros, doctor en historia e investigador de la UNAM. Hace unas semanas, el presidente de México, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, se reunió con importantes líderes religiosos del país para tratar de delinear en conjunto una estrategia de combate al crimen organizado y, particularmente, al narcotráfico.
¿Al servicio de quién?
“Sería muy interesante que alguien investigara en qué medida los sistemas de comunicación de masas trabajan al servicio de la información y hasta qué punto al servicio del silencio. ¿Qué abunda más: lo que se dice o lo que se calla? Se puede calcular el número de personas que trabajan en publicidad. ¿Y si se calculase el número de personas que trabajan para que las cosas se mantengan en silencio, cuál de los dos sería mayor?”.