Desatados

Me figuro que ya no se usa el término “desatados” para los niños que andan corriendo por la casa.  Los niños ya no corren, chatean sentados, quietos, como quien mira al limbo…  Los que sí andan “desatados”, corriendo por nuestra casa que es México, son los “suspirantes” a la presidencia el lejano 2018.

Como si las cosas estuvieran en orden y las preocupaciones de los mexicanos dirigidas a las elecciones del Estado de México (este mes de junio, las cuales, dicen, son “el laboratorio” electoral de “la grande”) o a la sucesión de Peña Nieto, candidatas y candidatos andan buscándole caer bien a la gente.  Andan “desatados” en campaña política. Continuar leyendo

Pero, ¿cómo llegamos hasta aquí?

Que un ciudadano tan limitado como el nuevo presidente de Estados Unidos tenga en vilo a México es señal de un desastre moral que no se construyó antier, sino que viene de hace un siglo, cuando en la Constitución se instituyó el dogma laicista: “Dios, si existe, no importa”.

En La Conciencia Religiosa en el Hombre Moderno, don Giussani recuerda que esta frase lleva consigo el imperativo que Dios no exista.  Es el laicismo que resulta de la pretensión de que el hombre se pertenece y se basta a sí mismo.  Que es él y su deseo el marco regulatorio de su vida. Continuar leyendo