El mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero, apenas amanecido 2016, nos da una pista para enmendar los propósitos ineludibles de Año Nuevo: vencer la indiferencia.
Cambiar para seguir iguales no sirve para nada. Es el método del gatopardo que tanto gusta a los políticos. Nosotros no somos políticos, pero vivimos en la polis, en la ciudad. Y ahora somos ciudadanos del mundo. Por lo tanto, hacemos política. Por activa o por pasiva. Sin embargo, la paz no se construye pazguatamente, como dicen que decía “el chinito”: nomás milando… Estriba en esforzarnos al máximo de nuestras capacidades por el bien común. Continuar leyendo