El periodismo solía ser una profesión arriesgada, pero en los últimos años, especialmente en el pasado 2015 se ha convertido en la más perseguida de las profesiones liberales.
Durante este año pasado un total de 67 periodistas fueron “asesinados en el ejercicio de su trabajo o debido a él”, de acuerdo con el informe publicado el martes 29 de noviembre por la Organización No Gubernamental francesa Reporteros Sin Fronteras (RSF). Continuar leyendo
Tras una cantidad de “logros” de las redes sociales (por ejemplo, en el asunto de la asistencia a los heridos y a las víctimas de los ataques terroristas en París, el viernes 13 de noviembre), éstas se posicionan como las reinas de todas las herramientas de comunicación entre las personas que ha traído consigo la era digital. Y de entre ellas, sobresale Facebook. Para el mundo y para los mexicanos.
En Estados Unidos hay esperanza de un nuevo catolicismo. La unión entre el orden sajón y la devoción latina puede moldear la Iglesia del futuro. En los templos, la precisión administrativa y la organización pastoral se ve animada con una presencia —cada vez más notoria— de hispanos que están cambiando el panorama religioso.
El mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz, celebrada el 1 de enero, apenas amanecido 2016, nos da una pista para enmendar los propósitos ineludibles de Año Nuevo: vencer la indiferencia.
La importancia que han alcanzado los medios de comunicación así como la comunicación digital es indudable. Para la gran mayoría, son el principal instrumento informativo, formativo, orientador e inspirador de sus comportamientos individuales, sociales y familiares. Tenemos que tomar muy en cuenta esto cuando enfrentemos el fenómeno actual de la transmisión de valores en la familia. Ya no es ésta la principal transmisora de valores.
El acuerdo mundial por el clima, el histórico compromiso en París, el pasado 12 de diciembre, en el que 195 países (los que están dentro de la ONU) acordaron rebajar las emisiones que contribuyen al calentamiento global del planeta en que vivimos, puede no ser una consecuencia directa de lo expuesto por el Papa Francisco en “Laudato si”. Pero es algo tan parecido a una respuesta que solamente un ciego contra el Pontífice podría dejarlo pasar de largo.
Las estadísticas y mediciones que hacen agencias informativas nos dicen que es la canciller alemana Angela Merkl. Pero en la edición de diciembre de National Geographic, un estupendo reportaje de portada –firmado por Maureen Orth—subraya (se traduce a 30 idiomas y tiene 7.5 millones de suscriptores) algo muy ad hoc al Año de la Misericordia convocado por el Papa Francisco: que el verdadero poder está en el servicio. Y el servicio que hizo –y sigue haciendo—la Virgen María a la humanidad es incomparable. Desde la Anunciación y su “sí” hasta el día de hoy.
“A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición”. Es, quizá, la frase más famosa de san Juan de la Cruz. Una frase redonda. Incómoda. Nos deja sin pretexto (¡a nosotros, que somos artistas del pretexto, de la justificación, del chantaje…!).
El Año Santo de la Misericordia nos ofrece la posibilidad de sanar las heridas que vienen, muchas veces, de aquellos a los cuales queremos y nos quieren. Qué alegría más grande. Qué motivación más gozosa: sabernos libres de un recuerdo que tortura el alma. “Perdonar no significa olvidar”, decía Henry Nowen. Perdonar significa “sanar verdaderamente el recuerdo”.
El martes 12 de diciembre de 1531 “el sol venció a las tinieblas”, según la frase del padre José Luis Guerrero, refiriéndose al “nuevo nacimiento” de los pueblos indígenas del centro de México y su incorporación gradual a “la alianza nueva y eterna”, fruto de la última, decisiva, aparición de la Virgen de Guadalupe al “macehual”, al indígena pobre, Juan Diego Cuauhtlatoatzin (“El que habla como águila”).