El teólogo medieval, Hugo de San Víctor, hablando de la universalidad de los cristianos -que es la Iglesia-decía que ésta (la Iglesia) «comprende dos órdenes, los laicos y los clérigos, como dos lados de un mismo cuerpo».
La Lumen gentium , surgida de las entrañas del Concilio Vaticano II, subrayó que «de los laicos es propia y peculiar la índole secular». Es decir, que los laicos estamos metidos «en el siglo», en las cosas del mundo, para explicarnos mejor. Y que es en el mundo donde debemos encarnar a la Iglesia. Continuar leyendo

México tiene un nuevo Presidente. El viejo PRI vuelve a Los Pinos. Muchos dicen que se trata del mismo partido pero de una nueva sociedad. No estoy tan seguro de que esto sea así, aunque quiero creerlo.
Muchos se preguntan hoy –incluso priístas— ¿por qué si el presidente Enrique Peña Nieto se impuso con tanto margen a sus contrincantes y pudo hacer gabinete a modo, cuenta con un Congreso más o menos a modo y tiene toda la fuerza de los gobernadores del PRI, el ambiente no es de euforia, ilusión, mínimamente de esperanza?
Enrique Peña Nieto es, desde el 1 de diciembre, nuevo Presidente de México. Nuevo por su triunfo en las urnas. Antiguo, pues proviene de un modelo de acción —el del PRI— que se basa en la hegemonía de la política sobre la sociedad y del Estado sobre el ciudadano. Está en su ADN el control. Y el manejo siempre puntual, siempre profesional, de esa cosa tan difusa pero tan efectiva que se denomina en el argot “los tiempos”. Es decir, el uso y el abuso de lo políticamente correcto.
Durante mi doctorado en Madrid, tuve un profesor comunista que se burlaba de la Iglesia a troche y moche. Pero cuando llegaba a hablar de Juan XXIII, invariablemente decía que ese Papa si era creyente, porque si no lo fuera, no habría nunca convocado al Concilio Vaticano II. El Papa Juan creía en la Providencia. Y se atrevió a lanzar la iniciativa del concilio no porque fuera un revolucionario, sino porque era profundamente conservador. Sabía muy bien que los verdaderos progresistas son los grandes conservadores: los que ven adelante desde la raíz.
El presidente municipal de Colón, Alejandro Cabrera, ha puesto un ejemplo que, sin temor a equivocarme, merece el aplauso. Sucede que Cabrera encontró un “precipicio financiero” (le llaman “boquete”) de 30 millones de pesos —y contando—, fruto del buen ejercicio que la anterior administración del municipio queretano había llevado a cabo. Lejos de lamentarse ante los medios o ir con el gobierno estatal a ver qué le daban, él y los regidores decidieron unilateralmente reducir su salario en un 20%; 50% en participaciones y 10% adicional a los funcionarios de “primer nivel”.
Al concluir el sexenio de Felipe Calderón, queda un resabio de transición frustrada. Por lo menos en lo que cabe decir de los medios de comunicación de masas y de la regulación estatal de las concesiones a los medios electrónicos. En ningún lado apareció la democratización de la democracia.Es decir, no hizo fuerza la idea del cambio o de reforma a un sistema de privilegios que dona a pocas manos —casi dos— la posibilidad de expoliar la economía y abaratar la conciencia de millones de mexicanos.
Un día cualquiera, por ejemplo, el pasado martes 13 de noviembre:
Las televisoras estadounidenses pueden pasar lo que quieran en horario nocturno, pero son vituperadas si a un actor se le sale una grosería en horario matutino. En una serie de la Warner vi que un actor decía: “No disfruto matando gente, pero lo hago bastante bien”. Mientras tanto, el canal nacional ABC y el actor Tom Hanks tuvieron que disculparse públicamente porque Hanks dijo una palabrota en vivo, durante el programa matutino Good Morning America.