Este gran libro, que es un comentario pastoral al evangelio de san Juan, se lo debo a una muy buena lectora de El Observador, la hermana Rebeca Pruneda, quien vive en Cuernavaca. Es un itinerario, de la mano del discípulo amado por Jesucristo, para aumentar nuestra intimidad con Él, para iniciar, confirmar o reafirmar nuestra conversión personal y, en resumidas cuentas, para acercarnos más al prójimo y cumplir el mandamiento nuevo, el mandamiento del amor.
Hacia un nuevo horizonte
Dividido en dos grandes apartados («La propuesta de un nuevo proyecto de vida» y «La Pascua cristiana»), el texto, escrito por el padre Gian Claudio Becerril Ferrari, encargado del departamento de Vida Consagrada de la arquidiócesis de Monterrey, parte de una premisa: «los seres humanos deberíamos tenerle un poco más de respeto al misterio de Dios, a su trascendencia. Nos convendría saber recibir la vida como un don y disfrutar más de su gratitud, antes que apropiarnos, abusivamente, de ella tal y como lo acostumbramos».
Y nadie mejor para desvelar este misterio de la vida que Jesucristo; y nadie mejor para desvelar el misterio de Jesucristo que el evangelio de San Juan. En el prólogo de su evangelio, el discípulo amado escribe: «A Dios nadie lo ha visto jamás». Solamente el Hijo único. Y si escuchamos su Palabra, si seguimos su Palabra, si creemos en Él, estaremos de camino al Padre.
Como dice el autor en su propio prólogo: «Animado por un testigo tan cualificado como es san Juan, he querido comprobarlo. Siguiendo fielmente sus huellas he querido hacer de Jesús de Nazaret mi camino para encontrar en Dios a mi propio Padre». La invitación del libro es a realizar —lector y autor— un camino juntos hacia lo que llama el documento de Aparecida una conversión pastoral.
A Dios no se le puede conocer a priori
El estudio a fondo de los textos evangélicos nos muestra un rostro de Dios que, muy a menudo, desconocemos. Es Jesucristo quien revela al Padre, y al revelarlo nos entrega un conjunto de señales y de evidencias de que Dios nos ama y quiere tanto nuestra libertad como nuestra salvación. Pero, también, quiere que su mensaje sea actual, que llegue a la gente de hoy, que se convierta en el camino de la Iglesia.
«Necesitamos —dice el padre Becerril Ferrari— volver a poner los cimientos de la fe cristiana si queremos preparar personas que sean capaces de dar razón de su esperanza en medio del mundo actual que, verdaderamente, es un mundo ya conquistado por los ideales de la ‘Nueva Era’, o sea, por la cultura relativista que ha dado la espalda al Cristianismo».
En efecto, eso necesitamos. Y nada mejor que san Juan para volvernos libres en la verdad.
NOTA: La difusión del libro corresponde a los Misioneros Servidores de la Palabra. Los pedidos los pueden hacer a www.cybersepa.org.mx