En el viaje de regreso a Roma desde Manila, el Papa Francisco reconoció que en este 2015, quizá tampoco en 2016, va a visitar México, el país con el segundo número de católicos del mundo.
La explicación que dio el Papa fue convincente para la mayoría de los mexicanos, que vieron con tristeza que el Pontífice no va a visitar este país que con Juan Pablo II y Benedicto XVI ha mostrado al mundo un verdadero fervor por la figura del Vicario de Cristo, pero que entendieron por qué no lo va a hacer “aprovechando” la visita en septiembre a Estados Unidos.
El Papa dijo a los periodistas que entrar a Estados Unidos por la frontera de México sería “algo bello” porque sería un gesto de solidaridad con los migrantes. Pero que ir a México sin visitar el Santuario de Guadalupe, “sería un drama”, “se desataría una guerra”, bromeó con los periodistas. Y es que Francisco sabe muy bien no solamente lo que significa Santa María de Guadalupe para los mexicanos, sino para todo el continente americano.
Todo un continente a los pies de Guadalupe
Los números hablan por sí mismos. El año pasado, cerca de 2 mil 200 peregrinaciones fueron las que recibió el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México, según el Boletín Guadalupano -órgano informativo de la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe– que también registró las visita que realizaron 8 millones de fieles sólo durante las celebraciones del 483º aniversario de las apariciones marianas al indígena (hoy santo) Juan Diego, rompiendo un récord histórico de 7.5 millones de peregrinos en el transcurso de los 12 primeros días del mes de diciembre.
De acuerdo con el informativo guadalupano, entre las romerías más numerosas están las que realizaron durante el año las diócesis mexicanas, destacándose la de la diócesis de Querétaro en la que participaron unos 80 mil fieles; luego las de Toluca y Atlacomulco, con 40 mil peregrinos; siguiendo las diócesis de Celaya y Tenancingo, con 30 mil; y las jurisdicciones eclesiales de México, Cuernavaca, Tulancingo, Tlalnepantla y Netzahualcóyotl, cada una con un promedio de 20 mil peregrinos.
Todos los días del año hay peregrinaciones de parroquias, movimientos católicos, comunidades, escuelas y de institutos gubernamentales de varios puntos de México; además de grupos procedentes de otros países, como Estados Unidos, Colombia y Brasil, que durante el año llegaron al Santuario para venerar la prodigioso lienzo estampado milagrosamente en la tilma de San Juan Diego y que, contra todas las estimaciones científicas, ha permanecido intacto desde 1531.
En todo el año, de las 6 de la mañana a las 8 de la noche no cesa de haber celebraciones litúrgicas en Guadalupe, además de que recibe a una variopinta cantidad de procesiones que van desde los policías, los mariachis, los payasos del circo, los ciclistas, los carteros, los grupos de danzantes indígenas hasta los artistas de la farándula y algunos políticos.
Cada año la visitan 21 millones de personas, convirtiéndose en el Santuario Mariano más concurrido del mundo (14 millones de personas van en peregrinaciones organizadas, el resto lo hace por su cuenta). Por ello, el Papa Francisco reconoció que no ir a la Basílica de Guadalupe y tocar suelo mexicano, “sería un drama”.
Publicado en Aleteia