Yo no conozco un poema más grande a México que Suave Patria de Ramón López Velarde (Jerez, 15 de junio de 1888 – México D.F., 19 de junio de 1921). En una de sus últimas estrofas, el bardo zacatecano, católico y moderno, dejó escrita la esperanza de una nación que hoy se nos anda cayendo de las manos:
Patria, te doy de tu dicha la clave:
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;
cincuenta veces es igual el AVE
taladrada en el hilo del rosario,
y es más feliz que tú, Patria suave.
No hay para dónde hacerse: si México quiere ser feliz (si los mexicanos quieren vivir en paz) el gran poeta nacional no lo duda: es la oración /los cincuenta Ave Marías del Rosario) la que habrá de mostrarnos el camino, el único camino del perdón, de la reconciliación, de la concordia y de la justicia.
Ya inicia un mes decisivo para el futuro de México. Las elecciones intermedias nos obligan a mirarnos al espejo deformado que nos repite varios y tristes nombres indígenas: Acteal, Tlatlaya, Ayotzinapa, Tanhuato… Jóvenes esparciendo su sangre por nada. Balas que inspiran el odio futuro.
El devocionario al Sagrado Corazón de Jesús que incluimos como regalo a nuestros queridísimos lectores, invita a ser un acompañamiento de estos 30 días del mes de junio; un descanso para afirmar nuestra fe en Cristo y en la intercesión por la Patria de su santísima Madre, nuestra Madre, la Virgen de Guadalupe.
Orar por México es reconcílianos con nuestros orígenes. Es forzarlo a ser feliz en la decencia, en la alabanza a lo que es superior a nosotros, a los que nos guía seguros: el vastísimo amor de un Corazón y su Madre que lo dan todo por nosotros.
Publicado en El Observador de la Actualidad