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Impunidad: el tema del diablo

justicia¿Quién mató al padre Javier Gutiérrez? ¿Quién mató a los otros nueve sacerdotes asesinados desde 2012?   ¿Quién “desapareció” a los normalistas de Ayotzinapa? ¿Quién es el responsable de los 40 mil “desaparecidos” que hay en el país, según Javier Sicilia? ¿Quién nos está robando la esperanza?

Acabo de leer –en el Índice Global de Impunidad 2015, elaborado por la Universidad de las Américas en Puebla—que México ocupa el segundo lugar mundial en lo que respecta a impunidad, solamente por debajo de Filipinas, pero por encima de Colombia, Rusia y Turquía.

¿Cómo se puede confiar en un país donde 95 de cada cien crímenes quedan sin castigo? ¿Es por falta de jueces? Pues fíjese usted que sí, que eso puede ser una variable de la impunidad que nos corroe por todos lados, camino franco al diablo para llevarse entre las patas –nunca mejor dicho—a la gente buena, que sin duda hay. Pues mientras el promedio mundial es de 17 jueces por cada cien mil habitantes, en México el promedio es de cuatro jueces por cada cien mil mexicanos…

Es el tema predilecto del demonio: mostrar y hacer patente que el mal rige y que el bien, la bondad, la ley son para personas débiles. Y buscar que muy pocos quieran ser jueces en México: porque muy pocos “deben” comprometerse con la paz con justicia.   También que muy pocos quieran abanderar causas sociales, entregar parte de su tiempo a los demás, buscar, a toda costa el bien común.

Mientras sigamos en esa senda demoniaca, donde ser criminal es llamado hasta una “industria”, y donde se habla de “trabajos profesionales” hechos por maleantes, la desesperanza seguirá firme en el corazón de México. Y la desesperanza hace que la Patria no prospere.

Publicado en El Observador de la Actualidad

Un comentario

  1. ¿Quién mató al P. Francisco Javier Gutiérrez Díaz, párroco de Salvatierra, Guanajuato? Todavía no lo sabemos. Todavía no nos lo informa la PGR. Todavía estamos en la especulación.El Sr. Arzobispo Alberto Suárez Inda no ha mostrado con claro vigor su hambre y sed de justicia y de información. Por lo menos en la prensa nacional no lo ha hecho.

    México sigue siendo un país de impunidad y de impunidades. Esta característica pareciera estar inscrita en el genoma.¡No es así! Es una conducta inveterada en toda la vida mexicana. Por todos lados se exhibe, revela y manifiesta.

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