El mes pasado concluyó el reality show “Ópera Prima Las Voces del Bicentenario” de Canal 22. La audiencia que cosechó su transmisión, durante siete semanas consecutivas, resulta, al menos, sorprendente.
Jorge Volpi, director de Canal 22 afirmó que el formato despertó el interés de una nueva audiencia y da la pauta a seguir para un proyecto futuro mediante el cual se intente convertir el reality en un programa que incluya voces de todos los países de América Latina.
Lejos de asumirse como la malhadada experiencia de los reality que conocemos, el programa dejó ver dos cosas: 1) El interés que despierta en México el “bel canto”. 2) Que la ópera no tiene por qué ser un espectáculo de minorías ilustradas. Nació como una representación para el público en general. Así debe seguir siendo. Además, Canal 22 demostró, una vez más, que otra televisión es posible.
Después de siete semanas de transmisión, el domingo 27 de junio pasado el reality tuvo su conclusión, con la señal en vivo desde el Centro Nacional de las Artes.
Tras eliminatorias tipo la Academia, la serie concluyó con cinco finalistas que lucharon no por un lugar en la tele comercial o en la farándula, sino por conseguir una beca económica otorgada por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes; un papel en la Compañía Nacional de Ópera, otro en la Ópera de Massy en Francia y uno más en el Teatro Argentino de La Plata en Buenos Aires; una participación en un recital del Festival Cervantino y una audición en la Ópera de Basilea en Suiza, una de las más importantes del mundo.
Las sopranos Linda Gutiérrez, de Monterrey; Paty Santos, de Monterrey y Lety Vargas, de Querétaro, así como los tenores Alán Pingarrón, del Distrito Federal y Ángel Ruíz, de Guadalajara, pasarán a formar parte del elenco mexicano —cada día más abultado— de buenas voces para integrar compañías de ópera en México y en el mundo.
Me parece una excelente forma de impulsar el canto operístico en México y de reforzar la afición del público por el espectáculo de espectáculos. Estoy cierto que a partir de concursos como éste que ha organizado Canal 22, con el pretexto del Bicentenario, pueden hacer resurgir de las cenizas la ópera en nuestro país.
Para eso sirve la televisión pública. Y qué bueno que Volpi lo ha entendido así.
Publicado en Revista Siempre!