Desde su inicio, la televisión ha pretendido ser usada como herramienta pedagógica, como vehículo de enseñanza complementaria, como iniciativa de introducción de conocimientos o como propuesta para alcanzar a mayor número de personas —especialmente niños— con “programas de contenidos”.
Casi todos los intentos en México han fallado. Y lo han hecho por una sencilla razón: enseñamos a los niños a que la televisión es espectáculo, movimiento, producción, colorido, diversión y ellos aprenden a ver eso en la pequeña pantalla (y a consumir eso como propio del medio); cuando les ponemos otra cosa, se aburren, desertan, se van: no aprenden nada.
El comentario viene a colación porque el gobierno del estado de Nuevo León comenzó la semana pasada una prueba piloto consistente en “cápsulas informativas” de 10 minutos cada una para poder cubrir a cien por ciento de los niños de primero de preescolar que hay en la entidad (cuando la cobertura real de servicios educativos para primero de primaria en Nuevo León se acerca, apenas, al 30 por ciento). Y es que la ley (una más que se expide sin considerar las capacidades presupuestarias de los estados y del país) obliga a que todos los niños en edad de ingresar a preescolar, en 2013, puedan hacerlo.
Así las cosas, a partir del 30 de noviembre, la televisora estatal puso en marcha el proyecto “Aprendamos en Familia”, que consiste en cápsulas de diez minutos que se trasmitirán tres días a la semana en los 51 municipios de Nuevo León. Al anunciar el proyecto, el secretario de Educación neoleonés, José Antonio González Treviño, reconoció que actualmente, la cobertura en primero de preescolar es de únicamente el 30 por ciento.
De acuerdo a la información oficial, “Aprendamos en Familia” tiene contenidos educativos y se trasmite lunes, miércoles y jueves a las 11:00 horas, con repeticiones los sábados. Cuando concluyen las sesiones, un centro habilitado para el proyecto enviará un cuestionario vía celular a los padres de familia para que apliquen una prueba de conocimientos a sus hijos. Al iniciar el proyecto, los equipos telefónicos fueron entregados de manera simbólica a diez familias, tras la firma del convenio entre el gobierno de Nuevo León y la iniciativa privada, que aportaron cuatro y ocho millones de pesos respectivamente para la obra.
González Treviño subrayó que el programa tendrá validez oficial y los niños que cursen el primero de preescolar con este sistema, podrán solicitar su inscripción al segundo año en el 2010. La primera parte de este proyecto concluirá en julio del próximo año y se pretende que sea de manera permanente hasta en tanto se cumple la meta de dar cobertura al cien por ciento. En 2009, cien mil niños en Nuevo León aplicaron para ingresar a primero de preescolar, sin embargo, la mayor parte de ellos se quedó fuera del sistema por falta de recursos.
La intención es buena. Pero habrá que ver la resolución. La resolución en pantalla. Hasta hoy la mayor parte de los intentos han naufragado porque los funcionarios públicos ni le invierten ni le entienden al fenómeno de recepción televisiva que es la clave para convertir a la TV en maestra. Si en Nuevo León se lo plantearon y se lo preguntaron a quienes sí saben —que suelen estar lejos de la burocracia— enhorabuena. Si no, será uno más de los naufragios recurrentes.
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