Nadie, en sus cabales, puede decir ahora que el Papa Francisco está abriendo la puerta a otros modelos de familia que la familia natural. En su reciente viaje a Medio Oriente, fue clarísimo contra la colonización ideológica que están sufriendo las familias y más adelante, la guerra mundial que se ha emprendido contra el matrimonio.
¿De qué guerra está hablando? De la que se libra, sobre todo en los medios de comunicación y en las redes sociales a favor de una ideología que, como toda ideología, reduce la capacidad de pensar libremente y de expresar lo que corresponde a la naturaleza y no al poder. Continuar leyendo
Uno de los ángulos ignorados, tanto por organizadores y voceros de las recientes marchas en más de 110 ciudades del país como por sus detractores, tiene que ver con la precisión de los nombres. Los nombres sobre los cuales descansaron invitación y repulsa: “familia” y “matrimonio”.
La iniciativa del presidente de México, Enrique Peña Nieto, sobre matrimonio igualitario (es decir, sobre igualar el matrimonio entre hombre y mujer con la unión de personas del mismo sexo), ha motivado una intensa movilización en su contra en México.
Varios matrimonios están tomando parte activa en las exposiciones y deliberaciones del Sínodo dedicado a la Familia. Se cuentan entre los auditores y exponen ante la Asamblea de cardenales, obispos, sacerdotes y expertos sus experiencias concretas de pareja, padres o abuelos.
Este martes 18 de agosto ha iniciado en México una campaña nacional liderada por el Consejo Mexicano de la Familia A.B.P. (ConFamilia), con el objetivo de colectar dos millones de firmas y modificar un artículo de la Constitución para definir el matrimonio como la unión entre hombre y mujer, así como tutelar el derecho de cada niño por tener un padre y una madre.
El Papa Francisco decretó, durante un Consistorio ordinario público, que los padres de Santa Teresita del Niño Jesús, Louis y Zélie Martin sean inscritos en el libro de los santos, el 18 de octubre próximo.
Con finísima percepción de lo que ocurre en la actualidad, los padres sinodales presentaron, en la conclusión final del encuentro sobre la familia, el primero y más grande desafío que enfrenta ésta: “Ante todo, está el desafío de la fidelidad en el amor conyugal”.
Me ha traído a mal traer el caso de Pedro Ferriz de Con. La verdad, era un tipo al que le admiraba sus pilas bien cargadas y su capacidad de trabajo. No así su modo de tratar las noticias, siempre editorializando, se tratara de coches, modas, ataques terroristas, impuestos, visitas papales o nuevas formas de comercializar el mezcal. Es imposible —e injusto— que un conductor sea, él mismo, la nota. Se nota muy fácilmente. Y elimina la nota.
Hombres y apodos como «el Chapo», «la Barbie», «el Coqueto», nos llenan de horror, porque sabemos que tras esos alias se esconde la más miserable de las condiciones del ser humano: la condición del asesino. ¿Cómo o por qué se ha llegado hasta este «grado cero» de amistad con el otro hombre? ¿Son –como a veces nos los quiere explicar el poder político- monstruos por generación espontánea, por elección, por capricho, amor al dinero, a la vida fácil, al placer?