En 2005, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio dio una serie de conferencias sobre utopia, pensamiento y compromiso para reconstruir Argentina. Hoy, cuando México enfrenta una de las temporadas de incertidumbre más graves de su historia moderna, vale la pena volver al pensamiento de un hombre que decidió, siendo cardenal, “ponerse la patria al hombro”.
Guadalupe puede ser la clave. Porque Guadalupe nos enseña, que somos una comunidad de hermanos, independiente de nuestra raza, nuestro sexo, nuestro idioma, nuestra presencia física o nuestro estatus social. Continuar leyendo