No existe un método probado para que en la era de la post-verdad en la que nos encontramos, seamos capaces de cribar lo falso de lo verdadero; lo engañoso de lo espectacular; lo correcto de lo tendencioso, lo real de lo virtual…
La explosión de la comunicación por las redes sociales y el efecto Internet han hecho que cualquiera sin formación ni capacitación, se convierta en “informador”. Y hay tantos que poco a poco se van perdiendo los límites de la verdadera comunicación, la que busca construir un espacio social compartido. Continuar leyendo