El 19 de junio de 1921, a la una y veinte minutos de la madrugada, cuatro días después de cumplir 33 años, Ramón López Velarde, el católico poeta de la “Suave Patria” (su último poema) muere asfixiado por la neumonía y la pleuresía. Había recibido los santos óleos del jesuita Pascual Díaz, luego arzobispo de México.
A 97 años de la publicación de “Suave Patria”, en esta hora crucial de México, El Observador no podía dejar de hacer una reflexión sobre lo que dice hoy “Suave Patria”. Continuar leyendo