La prensa se hace agua la boca con las próximas elecciones, las más grandes que se hayan celebrado en México. No solo por la cantidad de mexicanos que somos, sino también porque son (más o menos) concurrentes: elegiremos al mismo tiempo miles de puestos políticos. Es decir, forjaremos miles de nuevas fortunas en el país. Y esto es lo que duele.
Duele constatar a diario que la política ha derivado en una forma de enriquecimiento personal (salvo contadas excepciones) contrariamente a lo que es: Continuar leyendo