Un grupo internacional de publicaciones periódicos ha conducido la investigación más grande —y más grave— sobre los llamados “paraísos fiscales”, oscuros rincones en los que el mundo financiero y político entretiene sus millones, quitándoles la “pesada” carga de los impuestos.
Ni soy especialista en esta materia ni pretendo serlo. Los nombres de los implicados por este segundo reportaje (el primero fue el de los Papeles de Panamá), Continuar leyendo
Sí, es posible. El pasado 4 de mayo tuvo lugar una declaración conjunta sobre la libertad de expresión y el combate al extremismo violento que resulta trascendental para naciones como México, en donde muchas ocasiones se tergiversa la lucha contra la violencia olvidando los derechos humanos.
En reiteradas ocasiones, el Papa Francisco ha dicho que “la inequidad es la raíz de todas las enfermedades sociales”. Lo volvió a reiterar en su reciente participación en la 70 Asamblea General de la ONU.
Mi madre solía decir que cuando uno estaba confuso “traía un margallate en la cabeza”. Ignoro si la palabra exista. Seguramente no. Pero da a entender lo que quiere decir: un enredo.
Podemos ser “el nuevo continente”, poseer reservas naturales inmensas, capacidad de trabajo, mano de obra, ejemplos de superación, pero seguimos sumidos en la miseria moral que implica el crimen. En efecto, la situación económica, la desigualdad social, la corrupción y la droga han hecho que hoy mismo América Latina sea el continente con el mayor número de homicidios dolosos en el mundo: 36 por ciento de estos hechos de sangre se cometen en América.
Ha pasado ya —por fortuna— el tiempo en que los gobernantes de México se paseaban por el mundo con membrete de demócratas cuando, en realidad, les importaba un pepino la democracia. Como defensores de los derechos humanos y, de entre estos derechos el de la libertad de expresión, cuando los violaban sistemáticamente, y controlaban a la prensa con publicidad, papel, destierro o entierro.
Esta semana se tiene previsto, claro, si hay quórum, la votación de la legislatura local en torno a la reforma al Artículo 24 constitucional, avalada por el Senado el pasado 27 de marzo. Como toda reforma constitucional, tiene que lograr la mitad más uno de aprobación de las legislaturas estatales para pasar a formar parte del cuerpo de la Constitución.