Fray Bartolomé de las Casas sostuvo en su última voluntad y en su testamento que Dios lo había escogido para defender a los indios de las injusticias de “nosotros los españoles” y que España iba a pagar, largamente, por las atrocidades cometidas durante la conquista y en los años subsecuentes.
David Brading dice, con conocimiento de causa, que Fray Bartolomé era más un profeta que un apóstol. Muy poco tiempo estuvo en Chiapas, no aprendió lengua indígena alguna, lejano era su aprecio por los primeros misioneros franciscanos, especialmente por Motolinia y sus hermanos. Continuar leyendo
De alguna u otra forma, todos hemos sentido el llamado a las misiones. Cuando pequeños, escuchábamos hablar de las tribus nómadas del desierto, o del oriente extremo, donde los jesuitas (ahora retratados en la película Silencio) daban su vida por convertir al Japón…
Releo, con asombro, la entrevista que le hizo Carlos Castillo Peraza a Octavio Paz en 1988 (publicada en Proyección Mundial). Ya en otras columnas me he referido a ella. Hoy subrayo una frase de Paz: La gran revolución que se ha hecho en México, la más profunda y radical, fue la de los misioneros españoles.
El paso de monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, como IV obispo de Matamoros, es descrito con entrañable cercanía, por la periodista Karina Elisama Conde Padrón, en el libro-homenaje cuyo nombre da santo y seña a la labor del hoy obispo de Querétaro: Misionero. La participación en el Sínodo de la Palabra de Dios así como en la Asamblea General de la CELAM en Aparecida, confirmaron y relanzaron la propuesta misionera de don Faustino. 