Una hora

Las elecciones se están convirtiendo en fuegos de artificio, en espectáculo de televisión, en plataforma del miedo. Mala señal. Los triunfadores llegan cercados por compromisos e intereses ajenos a la gente. Las campañas usan, perversamente, la miseria material de muchos. Y la convierten en miseria moral: comprar el voto por una cubeta, una lámina, una camiseta, una triste despensa (que pagamos los que pagamos impuestos), es una indignidad que tirios y troyanos explotan. A veces más los tirios. A veces más los troyanos… Continuar leyendo