La expectativa de la Exhortación Postsinodal sobre la familia creó un falso rumor: que el Papa iba a cambiar la doctrina de Iglesia sobre tres puntos: divorciados vueltos a casar por lo civil; el acceso a la Eucaristía de quienes viven en situaciones irregulares y el tema de las personas homosexuales.
No cambió nada: profundizó todo. Mediante el jesuítico método del consenso, incluyó las propuestas de los participantes de los dos sínodos. Es un método arriesgado. Al corto plazo parece terrible. Queremos que las cosas se “aclaren” pronto y ya. Pero así no es la Iglesia. Ni el ser humano. Continuar leyendo