Estados Unidos se encuentra en estado de shock, 24 horas después del ataque de Las Vegas. El número de fallecidos se elevó a 59 y los heridos, varios de ellos de extrema gravedad, llegan a poco más de 515.
Los obispos del país del norte, comenzando por el cardenal y arzobispo de Galveston-Houston, Daniel N. Di Nardo, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB) han pedido oraciones y “cuidar a los que sufren”. Continuar leyendo