La muerte de Jacobo removió recuerdos de infancia de muchos de nosotros, que iniciamos nuestra vida informativa de la mano de “24 Horas”. En las brumas recuerdo el “Noticiario Nescafé”. Sus gustos se convirtieron en los gustos de buena parte de los que lo veíamos noche a noche, antes de ir a la cama.
Era una profesión y un estilo del cual —todavía no llegábamos ni a la adolescencia— no teníamos otro referente, menos aún si vivíamos en la provincia. El “lo dijo Jacobo” era la última palabra. No había más. Estoy seguro que nunca habrá un sujeto tan imperante en la televisión mexicana que “el Güero” Zabludowsky. Continuar leyendo