El Papa acaba de decir una gran verdad en su homilía del pasado martes 13 en Santa Marta: que la familia –sobre todo durante la comida—vea menos tele (o no vea), esconda el celular y converse más.
Uno de los grandes olvidos en el debate sobre la familia hoy es, justamente, el tema de la influencia de los medios de comunicación en ella.
La intuición es que la familia está desmoronándose y que muchos lo achacan a las difíciles condiciones económicas por las que atraviesa el país. Pero no es así, al menos no es así del todo. Continuar leyendo