Fray Bartolomé de las Casas sostuvo en su última voluntad y en su testamento que Dios lo había escogido para defender a los indios de las injusticias de “nosotros los españoles” y que España iba a pagar, largamente, por las atrocidades cometidas durante la conquista y en los años subsecuentes.
David Brading dice, con conocimiento de causa, que Fray Bartolomé era más un profeta que un apóstol. Muy poco tiempo estuvo en Chiapas, no aprendió lengua indígena alguna, lejano era su aprecio por los primeros misioneros franciscanos, especialmente por Motolinia y sus hermanos. Continuar leyendo