Este mes de septiembre ha significado una grande alegría para la familia de El Observador. Hemos iniciado nuestra circulación dentro del paginado de Buena Noticia, el órgano oficial de la Diócesis de Orizaba (Veracruz) que encabeza un cercano amigo de esta casa editorial: el obispo Eduardo Cervantes Merino.
Una vez monseñor Eduardo me confesó que creía, firmemente, que solo un Papa como el Papa Francisco podría haberse arriesgado a nombrar a un obispo como él. En efecto, “Lalo” es un obispo de los que quiere Francisco: con olor a oveja; con las ganas de servir, discernir, acompañar e integrar a todos. Bueno, hasta a los dirigentes políticos y a los periodistas… Continuar leyendo