“¿Es usted superfluo? Por supuesto que no. ¿Y sus hijos? De ningún modo. ¿Y sus parientes y amigos? Lo sé, la pregunta es casi impertinente. Y, para ser sincero, yo tampoco me siento superfluo. ¿Quién puede sentirse así? A lo sumo, en días muy malos. Sin embargo, es mucha la gente en este planeta considerada superflua desde la perspectiva de economistas, organizaciones internacionales y élites globales. Quien no produce ni consume nada no existe”. Continuar leyendo