Acelerados por la novedad digital hemos cambiado el modelo de vida que aún persistía en la generación de nuestros padres. Para ellos –quizá aún para alguno de nosotros—lo mejor era lo que permanecía. Ahora mismo, lo mejor es lo que cambia, lo que me permite estar, momentáneamente, en “la cresta de la ola”.
La Navidad en México está volviéndose una “fiesta”. Y la “fiesta” trae consigo no solo la alegría de salir de lo cotidiano, sino el consumo, el alcohol, la parranda, la irresponsabilidad “legítima”, el echar a andar el mecanismo del “ahí se va, al cabo a ver cómo lo arreglamos mañana”. Ya hay letreros, muy cercanos a los estadounidenses, que nos desean “Felices Fiestas” (“Happy Hollydays”) en lugar del “Feliz Navidad” de siempre. Continuar leyendo