En publicidad directa, en camisetas de futbolistas, en el interior de películas y programas de televisión, en espectaculares y en todo tipo de representaciones, el alcohol es parte de la oferta mercadotécnica de una vida interesante, intensa, relajada, al gusto de la época, del adulto contemporáneo, que sabe decidir cuántos tragos son necesarios para su vida social plena.
Sin embargo, un reciente comunicado del Comité de Prevención del Cáncer de la Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés) ha puesto un timbre de alarma más que en la industria o en los medios (se enteran poco de estas cosas), en las personas consumidoras de alcohol, que somos muchísimos en el mundo. Continuar leyendo