En el discurso al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, Benedicto XVI habló de las verdaderas condiciones para construir la paz en el mundo y que debemos «traducir» a México. El párrafo en que me centro para esta «traducción» es el siguiente:
Invertir en la educación en los países en vías de desarrollo (…) significa ayudarles a vencer la pobreza y las enfermedades, así como a establecer sistemas de derechos equitativos y respetuosos de la dignidad humana. Continuar leyendo