En el viaje de regreso a Roma desde Manila, el Papa Francisco reconoció que en este 2015, quizá tampoco en 2016, va a visitar México, el país con el segundo número de católicos del mundo.
La explicación que dio el Papa fue convincente para la mayoría de los mexicanos, que vieron con tristeza que el Pontífice no va a visitar este país que con Juan Pablo II y Benedicto XVI ha mostrado al mundo un verdadero fervor por la figura del Vicario de Cristo, pero que entendieron por qué no lo va a hacer “aprovechando” la visita en septiembre a Estados Unidos. Continuar leyendo