Alguna vez leí —se me quedó grabado el dato— que el PIB de Broadway (el distrito cultural de Nueva York) era similar al PIB de una república centroamericana, me parece que El Salvador. La llamada “economía naranja” (por llamarla de algún modo, como se llama “la economía verde” a la ecológica) es decir, la que proviene de apreciar económicamente a la cultura, puede (y debe) salvar al mundo y, desde luego, a nuestro país.
Hace pocos días, en El Heraldo de México, apareció en portada un interesante informe sobre la “economía naranja” mexicana. Continuar leyendo
Frente a las cámaras, los políticos de la región —no excluyo a ninguno— se llenan la boca hablando de la niñez como la llave, la esperanza, del futuro. Están, según ellos, volcados a cumplir sus sueños “porque a ellos pertenece el futuro”, etcétera.
Como que todavía en Rusia la era digital no acaba de llegar; como que se encuentra atorada entre una reminiscencia del zarismo y las formas soterradas (o abiertas, lo mismo da) del comunismo soviético. A 100 años de la Revolución, el que encarna el poder, el padre benévolo, Vladimir Putin, volvió a realizar su talk-show anual, pero esta vez algunas cosas se le colaron por redes sociales. Y el formato de cuatro horas, preguntas y respuestas, se agotó.
El terrorismo ha desatado una fiebre mundial de horror al extraño, al diferente, lleve o no lleve burka, traiga o no traiga túnica. Es el extraño por sí mismo. Lejos de la esfera política —que es la verdadera llama del terrorismo, no la religiosa, como muchos quieren hacernos pensar— los terroristas de todo tipo lo que en verdad derrumban (aunque no sea directamente su objetivo) es la convivencia humana.
En los últimos días, prácticamente todos los medios se han hecho cadena para difundir la denuncia por encubrimiento hecha al cardenal Norberto Rivera. Sin entrar en la polémica, quiero mostrar que, tras las reiteradas invectivas del Papa Francisco sobre el combate a todos los niveles contra el abuso sexual de menores por sacerdotes, la Iglesia Católica de México ha comenzado a virar su lenguaje y su comprensión de esa acción que nadie duda en calificar como criminal.
Antaño, el activista social tomaba una pala y un pico y se ponía a excavar un drenaje para aliviar un poco la injusticia social reinante en su entorno. Hogaño, el activista social toma su teléfono celular, y con él en ristre, “denuncia” la injusticia.
Poco menos que sorprendente, cuando menos para el sentido común de la generación mía (de los sesenta del siglo pasado para acá) ha sido la resolución del Parlamento Europeo de solicitar a la Comisión Europea el considerar la posibilidad de otorgar un reconocimiento de robots “como personas legales”.
El ciberataque del virus conocido como “ransomware” del pasado fin de semana, ha puesto a temblar a medio mundo. España, Portugal, Reino Unido y Rusia, entre los afectados. También México.
El último informe de la Relatoría Especial de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) tocó una serie de temas esenciales para el futuro de la participación de voces numerosas en la conformación de la opinión pública de nuestro continente desde el espectro radioeléctrico.
A 100 días de haber iniciado su tumultuoso mandato, el presidente Donald Trump puede ser identificado no tanto por sus amigos —que son muy pocos— o por sus aciertos, sino por sus enemigos: dos de ellos, muy claros: México y la prensa.