Los candidatos y la candidata cerraron su participación oficial en lo que respecta a debates organizados por el IFE. Vienen dos semanas y ya. Se acabó la guerra electoral. Pero: ¿hubo guerra?
El segundo debate, realizado en Guadalajara, fue mucho mejor que el primero. Pero el término debate quedó fuera. Debatir quiere decir enfrentar posiciones contrarias. Y salvo el TLC con China (se voló la barda el señor del PANAL), lo demás fue lo mismo, lo mismo, lo mismo. Continuar leyendo
Los estudios señalan que noventa y cinco de cada cien anuncios publicitarios de la televisión no son recordados por el público. Es decir, solamente cinco de cada cien tienen la suerte de ser recordados, y eso por un lapso no mayor a las veinticuatro horas posteriores a ser vistos.
Pasan los días y la organización crece. Aquí y allá, jóvenes universitarios, constituidos en red por la autopista digital, alcanzan sitio de privilegio en los titulares. Ya tienen estatutos. Y le han exigido a los partidos y a los candidatos, que no se cuelguen de ellos, que no le sigan haciendo al alambrista. ¿Será la primera ocasión en la vida política moderna de México que un movimiento juvenil evita a los infiltrados?
Son jóvenes estudiantes, de los que antaño el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, se refería a ellos como “pirruris” (y ahora los enaltece por su dignidá). Son muchos, van creciendo y están hartos de mentiras disfrazadas de estadísticas. Han salido a la calle a demandar, principalmente, a Televisa por inequidad en el proceso electoral. Frente a las instalaciones corporativas de Santa Fe o de San Ángel. En la Estela de Luz. Sus manifestaciones han sido ordenadas. Nada de qué quejarse. Ni insultos, ni grafitis ni conductores embotellados.
A la mitad de las campañas políticas, la moneda está en el aire. Tras el post debate y los abucheos de Peña Nieto en la Ibero, las cosas parecen encontrarse en un punto muerto. Josefina no avanza, AMLO se queda donde está. Pero, ¿es esto realidad?
Tras el primer debate —hay que llamarle de alguna forma a ese desencuentro con las cámaras, con las ideas, con los electores— de los presidenciables, tengo por seguro una sola cosa: ganó el desconcierto. Dos grandes dudas, un golpeador socarrón y un ingeniero civil que se coló con la etiqueta de ciudadano, mediados por una señorita que se reía de todo: eso fue el “debate”.
La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) presentó en Cádiz —España— el balance anual y las perspectivas del futuro inmediato de la prensa en Iberoamérica. En el marco de un reconocimiento al historiador y ensayista mexicano Enrique Krauze, y con el paraguas del bicentenario de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, la SIP fue todo menos optimista en que la libertad de prensa, más bien, de expresión, se esté protegiendo en América Latina.
Este domingo se realiza el primer debate entre los cuatro aspirantes a la presidencia de la República. Debatir significa confrontar ideas. ¿Qué se puede esperar de los candidatos? No mucho. El ambiente les pide que se guarden. Que no se expongan. Que ataquen al enemigo (Josefina y Andrés en contra de Enrique; Gabriel como testigo o invitado de piedra: no resta, quitará algo).
Los documentales de los niños incómodos han incomodado, justamente, a más de alguno de los dirigentes políticos que han creado las condiciones esenciales para que estos documentales se produzcan. Niños parodiando adultos solamente se veía en los programas de diversión. En todo caso, se ha llegado, con bastante timidez, a que los niños hagan lo que hacen los políticos.
La jornada mundial para hacer famoso al “señor de la guerra” de Uganda, Joseph Kony, tiene su punto central el 20 de abril, cuando en todas las ciudades del mundo se desplegarán acciones para que este criminal sea detenido y puesto a disposición de la justicia tras 25 años de impunidad.