Si usted pensaba —como yo— que el ataque a la libertad de información era cosa de algunos países bananeros, dictatoriales, específicamente retardados en su desarrollo social, estaba —como yo— equivocado: en 180 países, de los cinco continentes, hay un retroceso.
De acuerdo con el reciente informe Libertad de Prensa 2015, que anualmente presenta la organización de Reporteros sin Fronteras (RSF), en el año 2014 se ha registrado un deterioro mundial de la libertad de información.
Cuatro son las razones principales que RSF aduce como determinantes de esta disminución: 1. El aumento de los conflictos armados tanto al interior de los países como en regiones o zonas “calientes” del planeta. 2. El poder tanto de armas como de presencia que han adquirido los actores no estatales. 3. La disminución del respeto del papel de la prensa durante marchas o manifestaciones de protesta. 4. La crisis económica que obliga a los informadores a ejercer su profesión de manera muy precaria.
El informe de RSF señala que los primeros lugares en respeto al libre flujo de la información se encuentran tres países escandinavos: Finlandia, en primer lugar desde hace cinco años consecutivos (qué curioso: es, también, el país con mayor avance educativo del mundo), Noruega y Dinamarca.
En la parte baja de la tabla, es decir, los que menos respetan la libertad de información —y por tanto el derecho ciudadano—, los tres países son Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea, ubicada en el lugar 180, entre 180 países. Francia ocupa el lugar 38, Estados Unidos el 49, Japón el 61, Brasil el 99, Rusia el 152, Irán el 173 y China el 176. México ocupa el 148.
Así las cosas, el año 2014 fue un año de una importante regresión para la libertad de prensa. Dos tercios de los 180 países que figuran en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2015, presentan resultados menos buenos que en la edición precedente.
El índice anual que mide la intensidad de los ataques a la libertad de información en el mundo finaliza este año con 3.719 puntos, es decir, un alza de ocho por ciento respecto a 2013 y de cerca de diez por ciento con relación a 2012. Un retroceso que afecta a todos los continentes. Y a todo el desarrollo social del planeta, fincado, justamente, en el acceso libre, irrestricto de la gente a la información.
Publicado en Revista Siempre!