Solamente hay una profesión más peligrosa que ser alcalde en México: el periodismo. Según una información reciente de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), del año 2000 a la fecha (septiembre de 2014), han sido asesinados 81 periodistas; un promedio de seis informadores cada año.
Esto ha convertido a México, de acuerdo a las estadísticas que lleva RSF, en el país más violento de América Latina en contra de una profesión que es pilar en la democracia. Más violento que países duramente castigados por el crimen como Colombia, Brasil e incluso Honduras.
En este rubro mortífero, en efecto, a México le sigue Colombia con 56 muertes en el mismo periodo (2000-2014); Brasil, con 38 y Honduras 27. Este último país ha tenido una escalada de violencia contra periodistas desde 2009, cuando se dio un virtual golpe de Estado que puso a Honduras al borde del enfrentamiento fratricida.
Entre los cuatro países suman 202 informadores ultimados en los últimos 14 años, lo cual convierte a Latinoamérica en un sitio peligrosísimo para ejercer el periodismo. Estos 202 asesinatos tienen “relación evidente o probable” con el ejercicio de la profesión, como afirma RSF en su informe.
¿Qué tienen en común los periodistas asesinados? Denuncias por violaciones a derechos humanos, investigaciones que ponen al descubierto corrupción gubernamental o privada, descubrimiento del crimen organizado y, evidentemente, del narcotráfico, que en México y Colombia es el principal enemigo de la prensa.
RSF ha denunciado, también, que la mayor parte de los crímenes en contra de periodistas “permanecen impunes hasta la fecha debido a la falta de voluntad política y de un sistema judicial eficaz”.
A menudo los casos de periodistas asesinados quedan archivados bajo el mote de “ajuste de cuentas” entre bandas criminales contrarias y el “fuego cruzado”. Eufemismos que ocultan un desprecio palpable a la actividad de la prensa. Y que traen a mal traer a los mexicanos que quieren vivir en paz y enterarse de dónde está la guerra.
Publicado en Revista Siempre!