Con la creencia de que los mayas fueron tan astutos como para proponer, en el Monumento seis de La Tortuguera en Tabasco, el fin del mundo en este año 2012, se ha desatado una verdadera psicosis colectiva en buena parte del mundo desarrollado (a los pueblos pobres ni les viene ni les va: tienen demasiados problemas para comer el día siguiente como para preocuparse de teorías confusas). Al mismo tiempo, las ganancias de la industria cinematográfica, editorial y de la que explota el esoterismo, han sido y serán fabulosas.
La credulidad de la gente del siglo XXI no tiene justificación alguna. En cuestión de segundos somos capaces de creer en charlatanerías sin fin. Y en hacer caso a supercherías que no tienen sustento científico. Nadie puede ser tan astuto como para medir el tiempo o prevenir las catástrofes. ¿Cómo podrían los mayas estar ciertos de que un aerolito vendría a darnos un golpe fatal el 21-22 de diciembre de 2012? El tiempo solamente se le puede medir. No se le puede predecir. Tampoco al azar.
Este año que inicia veremos mil teorías circular por Internet sobre el fin de la humanidad. Se habla de que la inscripción maya narra la muerte del Quinto Sol (curiosamente, un concepto mexica) y de un “cambio de época” o un “cambio de conciencia”, mismo que ocurrirá en la fecha antes dicha. ¿Cómo será el cataclismo? ¿Nos caerá un cometa? Cuando el hombre no tiene bases ni identidad, cuando solamente le domina el miedo, es presa fácil de las predicciones.
En la década de los setenta del siglo pasado comenzaron a surgir las profecías mayas. Un tal Frank Waaters, escritor estadounidense “especializado” en las profecías de los indios hopi fue quien las lanzó al estrellato. Son siete. La primera de ellas dice: “El mundo de odio y materialismo terminará el sábado 22 de de diciembre del año 2012 y con ello el final del miedo, en este día la humanidad se tendrá que escoger entre desparecer como especie pensante que amenaza con destruir el planeta o evolucionar hacia la integración armónica con todo el universo, comprendiendo y tomando conciencia de todo está vivo y que somos parte de ese todo y que podemos existir en una nueva era de luz”.
Todo esto va a desatar aún más el temor a vivir. Los medios de comunicación deben ser, en este tema, muy responsables. En México sobre todo. Aquí el narcotráfico y las elecciones pueden ser un coctel explosivo. No se debe añadir presión a la olla social. Al contrario: se debe trabajar por el entendimiento. Y una de las cosas que significa entendernos es no dar rienda suelta al terrorismo visual o auditivo, capaz de reproducir a gran escala el desembarco de los extraterrestres en Manhattan, narrado por Orson Wells.
Publicado en Revista Siempre!