La maestra Saucedo Zarco es una historiadora católica, nacida en Uruapan, Michoacán, que ha venido contribuyendo en numerosas empresas –como las series televisivas El vuelo del águila y La antorcha encendida— para consolidar el conocimiento de los mexicanos sobre su fe y su pasado.
Un recuento de la santidad mexicana
El texto ofrece un elenco de los santos mexicanos que ya se encuentran en los altares, “desde san Juan Diego y san Felipe de Jesús, hasta los recientes canonizados por el Papa”, en esta ocasión el Papa Juan Pablo II, pues el libro vio la luz en 2002. Como novedad grande apunta algunos nombres que la piedad popular ha entronizado y algunos más que, en su condición de venerables, van camino a seguir engrandeciendo la aportación de México a la Iglesia universal Trae un recuento completísimo (y ameno) de los mártires de la persecución religiosa y una biografía muy interesante de san José María de Yermo y Parres, entre otros.
Calendario de amor
Otra de las innovaciones del libro que reseñamos es la de introducir el calendario completo de las fiestas de los santos mexicanos, en el cual aparecen san José María de Yermo y Parres el día 20 de septiembre, fecha poco conocida para celebrar al “Gigante de la caridad”, como fue llamado en vida. Desde luego, la celebración más numerosa para un día del año se la lleva el 25 de mayo, con la celebración de San Cristóbal Magallanes y 24 mártires de la persecución religiosa. Como dice la propia autora, Plutarco Elías Calles, el adalid de la persecución, pensaba que en unos cuantos meses se iba a erradicar de México la religión católica. Esta celebración, la del 25 de mayo, cada día más importante, indica a las claras que Calles estaba en un pequeño error de cálculo
Historia fascinante
La historia de los santos mexicanos tiene todo menos el ser aburrida. Contada con el rigor del historiador, la encontramos, en muchísimos casos, como una historia ejemplar de fe en Cristo, de amor por María pero, sobre todo, de amor por la Patria. No hay ninguno de ellos que haya menospreciado a México; muchos, en cambio, murieron con una extraña alegría (extraña a los ojos de los despistados) que anunciaba nuevos rumbos para nuestro país. En estas horas complicadas, ¡cuánta falta nos hace la risa del padre Pro, el valor de los mártires, la entereza de Juan Diego, la caridad de Yermo! Las historias de este texto nos devuelven la luz.
Carmen Saucedo Zarco. Historias de santos mexicanos. Editorial Planeta: México, 2002.