El único Justo

donjustolopezmelusLa vez primera que entró en mi oficina de El Observador fue como un huracán diciendo que pertenecía a una familia de cuatro sacerdotes, que el Papa los había recibido más veces que yo y que el Padre Prisci leyó uno de sus libros y le ayudó en sus homilías como ninguno otro.

Le dije que muy buenos días, que con quien tenía el gusto. Ahí comenzó una fecunda amistad y una gozosa colaboración entre el recientemente fallecido sacerdote español don Justo López Melús y el que escribe estas líneas. Continuar leyendo