Como que todavía en Rusia la era digital no acaba de llegar; como que se encuentra atorada entre una reminiscencia del zarismo y las formas soterradas (o abiertas, lo mismo da) del comunismo soviético. A 100 años de la Revolución, el que encarna el poder, el padre benévolo, Vladimir Putin, volvió a realizar su talk-show anual, pero esta vez algunas cosas se le colaron por redes sociales. Y el formato de cuatro horas, preguntas y respuestas, se agotó. Continuar leyendo