Ningún hombre es una isla, se titula el famoso libro del monje Thomas Merton, recogiendo un verso del poeta inglés John Donne. En efecto, no hay hombre en soledad a reserva que esa soledad —como la de los propios monjes— sea un acto de amor, de oración y de sacrificio por un fin mayor que es la salvación de las almas. Continuar leyendo