El terremoto del pasado 19 de septiembre ha traído miles de fotos de héroes anónimos, de personas como Eddy, un muchacho de Morelia (Michoacán), que estuvo horas trabajando para sacar de los escombros a un amigo en la Ciudad de México, no obstante estar en silla de ruedas; o la de la perrita “Frida”, que ahora es famosa en Japón, por trabajar junto con los rescatistas de aquél país…
Pero muy pocas han tocado tan fuertemente como la de un soldado del ejército mexicano, que tras mucho tiempo de batallar para encontrar, junto con miembros de su tropa y voluntarios, a una mujer y a su pequeño hijo, los hallaron muertos. Continuar leyendo